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Fecha: 30/10/2020

CASA MUSEO HURÓN AZUL

En el barrio de Párraga, en el municipio Arroyo Naranjo, en La Habana, se localiza un pequeño pero singular museo que se identifica con el sugestivo nombre de Hurón Azul. Este museo fue abierto al público el 21 de mayo de 1987. Se encuentra en lo que fue el domicilio y taller del pintor y novelista cubano Carlos Antonio Esteban Enríquez Galope Gómez, conocido desde el punto de vista artístico como Carlos Enríquez.

La vivienda fue construida en el año 1939. Poco antes él había recibido por herencia paterna esa finca.  Al parecer, en su construcción se utilizaron materiales de segunda mano. Le agregó elementos de nuestra arquitectura colonial tales como el mediopunto y la reja con motivo de lira.

Según referencias de familiares y amigos, la casa tenía semejanza con una estación de trenes en Pensylvania, que el artista había visitado en uno de sus viajes a los Estados Unidos de América. El nombre de este museo se debe a un hurón que Carlos Enríquez clavó sobre la puerta de entrada de su vivienda.

Éste fue teñido con azul de metileno para que armonizara con el color de las puertas y ventanas.  El roedor había sido un regalo de un artista amigo suyo.  En esta casa Carlos Enríquez vivió los últimos 18 años de su vida, desde 1939 hasta su muerte ocurrida el dos de mayo de 1957.  

Allí recibía a sus amigos, en reuniones donde se conversaba en un estilo muy diáfano sobre diversos temas, casi siempre relacionados con la cultura.  A este lugar acudió gran parte de la intelectualidad habanera de la época. Carlos Enríquez brindaba a quienes lo visitaban comida criolla y ron; y se formaban tertulias en las que todos eran libres de expresar sus puntos de vista.

Otro especial atractivo de la vivienda de Carlos Enríquez era la biblioteca, con ejemplares de la literatura más moderna, literatura europea, materiales sobre el surrealismo y sus precursores, y de otras corrientes artísticas.

En la actualidad en el Museo Hurón Azul hay objetos personales y obras de Carlos Enríquez. Impresiona por sus dimensiones en la pared que rodea la chimenea el mural de las bañistas con un fuerte toque de sensualidad y erotismo. 

Igualmente algo distintivo en este museo son los fantasmagóricos pasos marcados en la escalera, que le da un aire místico a la atmósfera que rodeó al artista en este oasis apartado de la ciudad. Carlos Enríquez realizó muchas de sus obras en la finca Hurón Azul. Algunas de ellas alcanzaron premios nacionales e internacionales.

Una de las obras más importantes de la pintura cubana es el Rapto de las mulatas, concebida por este artista en 1938.  Junto a la exposición permanente, el museo dedica una sala transitoria a exponer la obra de jóvenes y nuevos valores de la plástica cubana y parte de la colección de la institución. El museo desarrolla además numerosas actividades de animación cultural dedicadas a la promoción de la vida y obra de Carlos Enríquez.

 

 

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