El yate Granma constituye un símbolo en la historia cubana. Fue la embarcación utilizada en 1956 por los 82 expedicionarios, encabezados por Fidel Castro, que viajaron desde el puerto mexicano de Tuxpan hasta la costa suroriental del territorio cubano para reanudar la lucha de liberación nacional.

El yate Granma fue construido en 1939. Estuvo concebido como una embarcación destinada a realizar travesías cortas y contaba con una capacidad teórica de veinte pasajeros. El Granma tiene una eslora de 63 pies y una manga de 15. El puntal mide 16 pies y la banda tiene una altura de seis pies, con diez coma cinco pulgadas. Su desplazamiento máximo era de 48 toneladas, su autonomía de 43 horas y su velocidad crucero de nueve nudos, aunque al hallarse sobrecargado durante el viaje de Tuxpan a Cuba se desplazó a menos velocidad. A través de un mexicano que colaboraba directamente con Fidel en la organización de la expedición, el yate fue adquirido en 1956 y acondicionado con gran celeridad. En horas de la madrugada del 25 de noviembre de 1956 se inició la travesía. Además de los 82 expedicionarios, en el yate había las armas y balas así como  tanques con agua y combustible, respectivamente y productos para consumir durante la travesía que se prolongó durante siete días.

Ernesto Che Guevara quién integraba el grupo de los expedicionarios contó años después acerca de este hecho: “Salimos con las luces apagadas, del puerto de Tuxpan, en medio de un hacinamiento infernal de materiales de todas clases y de hombres. Teníamos muy mal tiempo y, aunque la navegación estaba prohibida, el estuario del río se mantenía tranquilo.”

En la madrugada del dos de diciembre de 1956 el yate Granma llegó hasta la zona suroriental del territorio cubano. Por cerca de la playa de Las Coloradas  los expedicionarios realizaron el desembarco. Posterior a ello las fuerzas de la dictadura batistiana ocuparon la citada embarcación, la que sería años después, tras el triunfo de la Revolución, recuperada. La última travesía realizada por el yate Granma tuvo lugar el dos de enero de 1974, en ocasión de celebrarse el decimoquinto  aniversario del triunfo de la Revolución. En esa oportunidad la embarcación, a bordo de la cual estuvieron Fidel y otros participantes de la expedición en 1956,  partió del río Almendares y navegó por las aguas de la bahía habanera. Millares de personas situadas a lo largo del malecón habanero, presenciaron y aclamaron la presencia del histórico yate. Posteriormente el Granma fue sometido a un proceso de restauración y conservación y fue situado con carácter permanente en el Memorial que se encuentra adjunto al Museo de la Revolución. En ese Memorial que se identifica con el nombre del yate, también se pueden apreciar otros medios de transporte y equipos utilizados durante la lucha de liberación nacional. El Memorial se inauguró el primero de diciembre de 1976.