CASTILLO DE PRINCIPE
El Castillo del Príncipe es una de las antiguas fortalezas defensivas de la ciudad de La Habana durante la época colonial.
La historia de esta fortaleza se remonta al 1763.Cuando las tropas inglesas abandonaron La Habana, la Corona española decidió construir varias fortificaciones con el objetivo de proteger la ciudad de ataques o desembarcos enemigos y, además, fortalecer el primer sistema defensivo que comprendía los castillos de La Fuerza, el de San Salvador de la Punta y el de los Tres Reyes del Morro.
El Conde Ricla, Antonio Funes de Villapando, a la sazón Capitán General de Cuba aprobó el proyecto que le presenta el ingeniero Silvestre de Abarca del segundo sistema defensivo: las fortalezas San Carlos de La Cabaña, Santo Domingo de Atarés y el Castillo del Príncipe.
Para edificar este último se escogió la Loma de Aróstegui, y se le encargó al ingeniero Agustín Cramer Mañera, que con los diseños del ingeniero Abarca, comenzara las obras en 1767, no terminándose por completo hasta después de 1779, por el brigadier Luis Huet, quien modificó los planos originales.
Se le dio el nombre de Castillo del Príncipe, por el entonces heredero de la Corona Real de España, el príncipe Don Carlos, que después reinó con el nombre de Carlos IV.
La fortificación asemeja un pentágono irregular con dos baluartes, dos semibaluartes y un rediente. Tiene grandes fosos, las galerías de minas, además de almacenes, oficinas, aljibe y alojamiento para una guarnición de unos 900 hombres, mientras que su artillería estaba dotada de 60 piezas de varios calibres.
La pesada verja de hierro y bronce que cerraba el paso intramuros en El Templete fue trasladada para este lugar.
Con los años, sufrió cambios y llegó a ser la cárcel más importante de la ciudad de La Habana.
Entre los siglos XIX y la primera mitad del XX, la fortaleza albergó a presos comunes y políticos. Allí guardó prisión Rafael María de Mendive, maestro de José Martí, el cual era visitado por su fiel discípulo acompañado de la esposa del maestro, atravesando en parte del trayecto desde la Habana Vieja a la fortaleza, por frente de la Quinta de los Molinos.
En 1926 cuando se demolió la cárcel y el presidio que se hallaban al comienzo del Paseo del Prado, pasaron todas sus dependencias para el Castillo del Príncipe, convirtiéndose oficialmente como Cárcel de La Habana.
Allí estuvieron presos Julio Antonio Mella, Eduardo Chibás, Raúl Roa, Juan Marinello y muchos otros revolucionarios. Esta cárcel permaneció como tal desde los tiempos de la colonia hasta el 28 de junio de 1974, tras el triunfo de la Revolución cubana, cuando el Castillo del Príncipe se convirtió en la unidad del Batallón de Ceremonias del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Un detalle curioso es que en esa instalación, según se detalla en una placa, se produjo el nacimiento el 19 de noviembre de 1888 de José Raúl Capablanca, quién con el decursar de su existencia fue una figura de gran prestigio internacional, fue Campeón Mundial de Ajédrez.
El padre de Capablanca era Comandante del Ejército español y radicaba en dicho castillo.