CALLEJÓN DE JUSTÍZ Y EL MUSEO DEPOSITO DE AUTOS
En la zona de La Habana Vieja, cerca de la Avenida del Puerto, se localiza el Callejón de Jústiz que es una de las vías más pequeñas de la capital cubana. Tiene tan sólo algo más de 100 metros.
Se encuentra paralela a la calle Obispo, al doblar de la Plaza de Armas por la calle de Oficios.
El callejón de Jústiz se identificó así por uno de los habitantes más poderosos y distinguidos de La Habana, el señor Marqués de Jústiz de Santa Ana, quien vivió, según refieren los historiadores en la esquina que hace esta calle con la de Baratillo, donde tuvo su residencia y la de su familia.
Esa pequeña calle se llamó antes San Ambrosio, por la presencia cercana del colegio del mismo nombre ubicado en la calle de los Oficios.
En ese callejón estuvo la primera casa que sirvió de teatro para la ciudad, cuando era propiedad de un señor de apellido Mazorra, antes de construirse el Coliseo o Teatro Principal en un extremo de la Alameda de Paula.
La edificación contaba con bellos alfarjes moriscos, una fachada lateral netamente española y una torre-mirador que permitía observar el movimiento de buques en la entrada del puerto.
Se afirma que allí hizo sus representaciones la primera artista cubana llamada doña Leonor López, quien tenía la facilidad de recitar de memoria comedias enteras de Lope de Vega y Calderón de La Barca.
Por ello se le llamó “Casa de la Comedia”, al inmueble que allí existía y que posteriormente en sus salones y el patio se hicieron representaciones a cargo de a reconocidos grupos de teatros.
Con el decursar de los años la edificación se fue deteriorando y ya en fecha más reciente se logró su recuperación y se aprovechó para servir de sede a ferias de libros de usos.
En la actualidad enla calle Oficios número 13 entre el Callejón de Jústiz y Obra pía se encuentra el museo Depósito del Automóvil, donde se exhiben vehículos de diferentes tipos, tanto de paseo, como fúnebres y de carga, notables por su antigüedad, así como otros que deben su celebridad a las figuras que los utilizaron.
Este museo tiene carácter histórico y posee dos salas expositivas que comparten más de 40 vehículos.
Su exhibición abarca desde los primeros coches tirados por caballos, pasando por los traídos a principios del siglo veinte a La Habana, así como los coches del cuerpo de bomberos, hasta una colección de tractores y motores de vapor.
Hay 30 automóviles de paseo, 2 camiones rígidos, una carroza fúnebre, un vehículo especial y 7 motos, así como un semáforo y 3 bombas de combustible.
El vehículo más antiguo de la colección data de 1905 y el más moderno de 1989.
Los autos son en su mayoría de construcción norteamericana. No obstante, existen ejemplares fabricados en Italia, España, Alemania y el Reino Unido de Gran Bretaña.
Las piezas son valiosas por múltiples razones: por su importancia tecnológica, como el Cadillac V16 de 1930; por su significación en la historia universal del automóvil, tal como el Ford T 1918; por su rareza, como el Baby Lincoln de 1930, o por haber pertenecido o usado por una persona de relevancia cultural o política.
Tales son los casos del FIAT de 1930 propiedad de Flor Loynaz y el Oldsmobile de 1959 utilizado por el Comandante Camilo Cienfuegos.