EL BARRIO CHINO DE LA HABANA
Alrededor de 1847 un buen número de chinos se asentaron en Cuba y particularmente en La Habana. Habían salido algo más de 300 de la provincia de Guandong, pero sólo llegaron 206, puesto que 96 fallecieron durante el viaje atendiendo a las condiciones infrahumanas en que realizaron la travesía. Llegaron a Cuba a bordo de la fragata española “Oquendo”.
Por esa fecha, es decir en los años 40 del siglo XIX, miles de emigrantes chinos se habían radicado en América, pero específicamente en La Habana fundaron pequeños comercios e influyeron con sus hábitos y costumbres.
La afluencia china en América se incrementó cuando la abolición de la esclavitud trajo la importación de mano de obra barata y desde el siglo XIX se vio bajar en los muelles de La Habana a miles de culies, melancólicos y silenciosos. Se calcula que más de 130 mil chinos arribaron a Cuba.
Por lo regular los chinos fijaron sus viviendas en un barrio del actual municipio de Centro Habana, lo cual motivó, de hecho, lo que ha sido considerado a través del tiempo como el barrio chino de La Habana.
Dicho barrio nació en 1858, pero su crecimiento fue tan acelerado que se convirtió en su época en el más grande y famoso de América, después del de San Francisco en Estados Unidos.
Esta comunidad china en La Habana se hallaba enclavada en la zona comprendida entre las calles de Campanario a Rayo y de Salud a Zanja.
Esta barriada cuenta en la actualidad con varias instituciones que agrupan a los chinos residentes en Cuba y sus descendientes.
Esas sociedades se subordinan al centro principal de la comunidad china en Cuba, el Casino Chung Wah, ubicado en la calle Amistad, número 420, en Centro Habana.
Este centro funge además como enlace con todas las instituciones chinas del país.
Se afirma que las calles de este barrio son como un sistema de canales urbanos, limitados por edificaciones con fachadas abiertas a la acera, puntales, volumetría, balcones, medianeros y rejas guardavecinos, construidas desde finales del siglo XVIII hasta la primera mitad del XX.
En el barrio chino de la capital cubana hay un bulevar que se extiende por el callejón conocido como Cuchillo, entre Zanja y San Nicolás.
En dicho bulevar hay tiendas de artesanía, plantas ornamentales, peluquería, cafetería, bar, un local para ventas de peces y por las aceras se ubican vendedores de hortalizas y otros productos.
En el bulevar se encuentran varios restaurantes en los que además de la oferta de la exquisita comida china se presentan platos de la culinaria nacional e internacional.
En este barrio de la capital cubana tiene lugar una festividad que cuenta con un desfile encabezado por el clásico dragón chino, herencia de una historia milenaria trasplantada al Caribe.
Sin dudas en el barrio chino se aprecia un misterio de costumbres conservadas durante más de siglo y medio y refleja la sabiduría de una nación presente en esta zona habanera donde se entrelazan comidas típicas y tradiciones que habitan en un ambiente popular.