LA CASA DE ARTES Y TRADICIONES CHINAS
La Casa de Artes y Tradiciones Chinas resultó creada en La Habana en el año 1995 y ha tenido como objetivo revitalizar, mantener y reflejar en Cuba aspectos de la cultura de ese gran país asiático. Se localiza en la calle Salud 243, en el municipio Centro Habana. Surgió inicialmente como parte del Proyecto Integral Barrio Chino de La Habana. La institución desarrolla un amplio programa sociocultural encaminado al conocimiento y divulgación de la milenaria cultura china y de esa comunidad establecida en Cuba desde mediados del XIX.
Con su labor contribuye al fortalecimiento de los lazos de amistad entre los dos países.
Para realizar su misión esa institución cuenta con amplios espacios expositivos, entre ellos, el salón Manuel Chiang para muestras temporales sobre temática china. Posee una biblioteca, que ha ido atesorando información de la comunidad china y sus descendientes en Cuba, así como el Registro Patrimonial del Barrio Chino de La Habana. Entre otras actividades culturales que desarrolla, están los talleres de idioma chino para niños y jóvenes, de artes plásticas (pintura y miniatura), de juegos tradicionales chinos, de apreciación cinematográfica, manualidades, artes marciales, así como visitas dirigidas al Barrio Chino.
Igualmente se celebran allí conmemoraciones tradicionales del país asiático como la Fiesta de la Primavera, El día de la Claridad, El Festival de Chinos de Ultramar y la Fiesta del Medio Otoño.
Entre los años 1847 y 1874 llegaron a La Habana alrededor de 150 000 chinos, casi todos hombres -los llamados culíes-, en virtud del sistema de contratación orientado a sustituir el trabajo esclavo africano en la producción agrícola y, ante todo, en las plantaciones azucareras.
Muchos de ellos se asentaron en áreas aledañas a la Zanja Real y el mercado de abastos de la capital y ello fue conformando una zona habanera con carácter oriental: el Barrio Chino de La Habana.
En 1874, en la calle Dragones número 40, se abrió el primer restaurante chino en La Habana.
En febrero de 1878, en la calle Galiano 116 se creó una casa dedicada a la importación de opio y de utensilios para su consumo, con el nombre de Hay Lay Hon y Compañía.
En la penúltima década del siglo XIX el capital chino penetró también en la industria azucarera de la Cuba.
A finales del siglo XIX se fundó el Cementerio Chino, en la actual avenida 26 del reparto Nuevo Vedado.
En 1902 el gobernador estadounidense Leonard Wood comenzó a poner freno a la entrada de asiáticos en Cuba. No obstante, durante la segunda década del siglo XX sucedió la última gran oleada de inmigración china.
Ya en 1930 la colonia china contaba con 24 mil habitantes en el territorio cubano. En esa época, el Barrio Chino tenía una fisonomía propia, no por su arquitectura, sino por la imagen de la zona y sus habitantes. En él vivían cerca de 10 mil chinos.
En décadas posteriores el esplendor de este barrio decayó, pero en 1990, gracias a la gestión del Grupo Promotor así como el apoyo de las autoridades municipales y ayuda de la embajada china en La Habana, se inició la recuperación y restauración de los restaurantes, el rescate de la decoración y la
celebración de las fiestas y tradiciones, entre ellas el inicio del Año Nuevo Lunar. En 1999 se inauguró en Dragones, esquina a Amistad el pórtico de entrada al Barrio Chino, única obra arquitectónica china dentro de él, y en toda América Latina, además de una de las mayores fuera de China.