LA IGLESIA DEL ESPIRITU SANTO
La más antigua edificación religiosa que se conserva en la capital cubana es la iglesia del Espíritu Santo, ubicada en el centro histórico urbano de La Habana. En 1636 una cofradía de negros libres solicitó autorización para construir en la calle Cuba entre Acosta y Jesús María una ermita pequeña. El vecindario empezó a crecer a su alrededor.
Unas veces reconstruida, y otras ampliada, llegó a convertirse, tras dilatadas gestiones, en auxiliar de parroquia, y después en parroquia.
Es una edificación modesta de una sola planta. Refleja en sus trabajos en maderas preciosas la rica influencia árabe en la cultura cubana a través de la española. Resultó ser la única a la cual se le otorgó el derecho de asilo por bula pontificia. Ese derecho se había establecido en 1772.
En su interior se puede leer una inscripción hecha en 1855 en la que se refleja: “Única iglesia inmune en esta ciudad.”
Esta edificación cuenta con un hermoso trabajo de silleria y coro y un elevado campanario. Tiene dos cementerios subterráneos. Se daba allí sepultura a los fallecidos en ese lugar sagrado hasta que el obispo Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa dispuso la creación de los primeros cementerios descubiertos, en las afueras de la ciudad, tras una epidemia de cólera que afectó a muchos habitantes de la ciudad.
El acceso a la parroquia se produce por una puerta rectangular sobresaliente, muy típica de las fachadas moriscas, lo que evidencia la influencia española en las edificaciones eclesiásticas en Cuba.
En la sacristía hay valiosos libros eclesiásticos de bautizos, matrimonios y defunciones.
Según planteó el doctor Emilio Roig, quién fue el Director fundador de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, hay especialistas que estiman que el hermoso techo de madera de esta iglesia es el más antiguo de Cuba.
Este techo de cedro tiene más de 40 metros de largo y cubre toda la nave principal, la que se levantó por orden del obispo Morell de Santa Cruz en 1760.
La torre del templo de esta iglesia se erigió en los inicios del siglo XVIII.
Allí se situó un reloj que funcionó durante mucho tiempo y tres de las campanas más antiguas de La Habana.
Esta casa religiosa pertenece a las edificaciones coloniales que aún se conservan como expresión del arte mudéjar.
En la puerta frontal aparece un arco de medio punto que enlaza con la ventana superior por una faja lisa, rectangular y sobresaliente.
La torre exterior cuenta con su cuerpo de tres pisos rematado en forma piramidal, donde asoman pequeñas buhardillas en sus cuatro caras.
La capilla posee una bóveda nervada de inspiración gótica con 4 estrellas y una flor, talladas en piedra de cantería. Debajo de estas, y en una urna formada en el muro al lado del Evangelio, fue enterrado el obispo Valdés en 1729.
Con su exterior adusto y sus altares neoclásicos, la iglesia del Espíritu Santo es la única en Cuba que conservas las criptas, las cuales pueden ser visitadas.
La primera, que data del siglo XVII, está debajo del presbítero, y la otra en la capilla del Sagrario. La costumbre mortuoria de las inhumaciones en los templos tiene en esta iglesia elocuente muestra.