La Oficina del Historiador de La Habana que fue inaugurada oficialmente el 11 de junio de 1938.

Su director fundador fue por el doctor Emilio Roig de Leuchsenring, quién desde el 1 de junio de 1935 fue nominado por resolución municipal para el cargo de Historiador de la Ciudad, que ocupó hasta su muerte.

Roig nació el 23 de agosto de 1889, en La Habana, y murió el 8 de agosto de 1964, también en la capital cubana.

Él llevó a cabo una ingente labor pública e institucional para fomentar la cultura habanera e impulsar y ayudar el aumento de la nacional y americana, dando a su actuación carácter y proyección eminentemente populares.

Ya desde 1927 había estado realizando importantes investigaciones de carácter histórico cuando desempeñaba el cargo de Comisionado Intermunicipal de La Habana.

La Oficina del Historiador de La Habana radicó desde su creación en el entresuelo del antiguo Palacio Municipal, hoy sede del Museo de la Ciudad.

Era una dependencia autónoma del municipio de La Habana, aunque incorporada al departamento de Cultura.

Entre las funciones iniciales que tuvo esta oficina se encontraba la custodia y publicación de las Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana.

También organizó la celebración de ciclos de conferencias, cursos de carácter histórico y actos conmemorativos.

Además, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana ha contribuido al desarrollo de la cultura habanera y a la difusión de la historia general de nuestro país e igualmente ha editado libros.

Tras la muerte de Roig, la Oficina prácticamente cesó por un tiempo en sus actividades, pero cinco años después, el 23 de agosto de 1969, se volvió a abrir en el mismo sitio donde inicialmente estuvo, es decir, en el otrora Palacio de los Capitanes Generales.

Desde su reapertura, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana ha estado dirigida por el doctor Eusebio Leal Spengler.

Otra institución cubana que fue inaugurada el mismo día que la Oficina del Historiador de La Habana fue la Biblioteca Histórica cubana y americana.

Para conformar los fondos de esa institución, los socios de la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales, que presidía el doctor Emilio Roig de Leuchsenring, pusieron sus bibliotecas particulares al servicio público, aunque cada uno conservaba la propiedad de las obras facilitadas. 

En junio de 1948, la Biblioteca recibió un cuantioso y rico donativo, especialmente en obras cubanas, del doctor Raúl de Zárraga.

En distintas ocasiones fue enriquecida con aportes de obras cubanas e hispanoamericanas, ofrecidas por otras personalidades.