La provincia de La Habana cuenta con 15 municipios, uno de los cuales se identifica como San Miguel del Padrón.

Por su condición de tierra de enlace, San Miguel del Padrón no sólo marcó las actividades económicas de la época colonial, sino incluso el surgimiento de algunos poblados que crecieron en los cruces de sus caminos. 

Corría el año 1642 y ya en esta zona existía un puente de madera sobre el paso del río Luyanó, navegable en ese entonces una gran parte de su curso, que posibilitaba el tránsito hacia la Habana. 

Por este puente de Luyanó circulaba todo el comercio procedente de las zonas de San Miguel del Padrón, Guanabacoa, Regla, el Calvario, además, todos los viajeros procedentes del interior del país, pues por allí pasaba el Camino General de la Isla, parte del cual coincide con la actual Calzada de San Miguel.

En 1848 se decide realizar un puente nuevo, encargándosele la obra al insigne ingeniero Francisco de Albear, y en diciembre de ese año se le identifica como Puente Alcoy, en honor a Federico Roncaly, Conde de Alcoy.

El viejo puente Alcoy ha sufrido transformaciones, pero sigue siendo un símbolo en el enlace vial de San Miguel del Padrón con otros municipios de la capital cubana.

Lo que se conoce en la actualidad como la Virgen del Camino, constituyó el primer asentamiento poblacional de lo que es hoy San Miguel del Padrón, lugar que antaño se denominaba El Luyanó, en alusión al río sobre cuya margen derecha creció. 

Su importancia y desarrollo se debió a partir de su condición de puerta o paso hacia la capital, ya que aquí llegaban para converger en una sola vía, tres importantes arterias de circulación: el Camino General de la Isla, hoy Calzada de San Miguel, el Camino Real de Güines, hoy Calzada de Güines; y el Camino Regla y Guanabacoa, actual Calzada Vieja de Guanabacoa.

A lo largo del siglo veinte esta zona sufre diversos cambios, como el crecimiento de nuevos barrios en sus cercanías, la ampliación de la Calzada de Güines, y otros movimientos en los años siguientes, que propiciaron sus características actuales.

Algo que simboliza a este municipio de la capital cubana en estos momentos es la denominada Virgen del Camino, una obra de la prestigiosa artista Rita Longa.

Esta estatua aparece con rostro apacible y juvenil, sostiene entre sus manos una rosa de los vientos, y fue emplazada en el centro de una fuente mirando hacia el territorio que la acogió.

La religiosidad popular la asoció de inmediato con los viajes porque sobretodo antaño por ahí pasaban los ómnibus y vehículos que salían de La Habana en dirección a la entonces Carretera Central que era la principal vía de comunicación entre la capital y una gran parte de las provincias situadas en la parte central y oriental del territorio cubano.