CASA DEL ÁRABE
En una añeja edificación del siglo XVII que sirvió indistintamente como escuela y vivienda en La Habana radica desde el 23 de noviembre de 1982 la Casa del Árabe, en la que se pueden apreciar aspectos relacionados con la historia y la cultura de los países de esa parte del mundo.
La edificación se localiza en la calle de Oficios, frente al callejón de Justíz. En 1868, un maestro carpintero, hay quienes consideran que fuera el dueño inicial de dicha casa, se la vendió al fraile Avelino de Compostela, quién fundó allí un colegio para niños.
Después a finales del siglo XVIII, la escuela se transformó en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio y más adelante la casa volvió a ser habitada por distintas personas.
Por sus características, la actual sede de la Casa del Árabe, responde a las primeras y más importantes construcciones hechas en Cuba. Tiene una marcada influencia morisca.
Presenta techos de armaduras ricamente labrados y también delicadas balaustradas de madera, estrechas celosías y columnas en la galería interior, labradas en un tipo de madera llamada ácana roja.
En este centro se hallan múltiples objetos llenos de significación y que reflejan la variedad y características del arte árabe.
Algunos de dichos objetos fueron donados a la casa por coleccionistas privados y otros resultaron descubiertos en excavaciones arqueológicas realizadas en zonas aledañas a la edificación o en su propio subsuelo.
Se trata de piezas de vajilla, instrumentos de trabajo, cristales antiguos, y decenas de piezas completas.
En esa institución se muestran obras de arte y artesanías, armas antiguas y modernas y una colección de muebles árabes, así como ropas orientales de los siglos XVII y XVIII, ribeteadas de hilos dorados y plateados y algunos vestidos tradicionales de Palestina, confeccionados por artesanos.
Igualmente en la Casa del Árabe se aprecian muestras de la tapicería colgante, entre ellas, alfombras con motivos de animales y arabescos indescriptibles, todos de un colorido poco frecuente.
También pueden verse muestras de marquetería en las que se destaca un bargueño trabajado en cedro, laminado en oro y con incrustaciones en hueso, que se supone fuera creado en el siglo XVII.
Además se encuentran en esta instalación una pequeña caja que seguramente sirvió para guardar joyas, la que fue confeccionada con infinidad de maderas preciosas y ricamente coloreada.
Sobresale uno de sus patios interiores en cuyo centro se halla una fuente rodeada de jardines y una frondosa parra en sustitución de otra más antigua que allí existía.
Es a partir de la segunda mitad del siglo diecinueve hasta la primera del veinte, que tiene lugar en Cuba fundamentalmente la entrada de libaneses, palestinos, sirios y en menor cuantía egipcios, argelinos y yemenitas por el puerto de La Habana y de Santiago de Cuba.
En La Habana, además del Centro Histórico y el municipio Centro Habana, los árabes residieron en otros sitios de la ciudad, en Marianao, Santa Amalia, y en el reparto Juanelo, en el actual municipio de San Miguel del Padrón.
Pero la gran mayoría se ubicaron en el llamado Barrio Árabe de La Habana, que abarcó las calles de Monte, San Nicolás, Corrales, Antón Recio y Figuras.