PARQUE METROPOLITANO DE LA HABANA
El 29 de septiembre de 1989, por iniciativa del máximo líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, fue creado el Gran Parque Metropolitano de La Habana, un proyecto que reunió a biólogos, químicos, ingenieros hidráulicos y ambientalistas, entre otros profesionales encargados de llevar a cabo estrategias para la recuperación del río Almendares y su entorno, que presentaba en esa época un manifiesto deterioro.
El Gran Parque cuenta con 700 hectáreas y una longitud que incluye los últimos nueve coma cinco kilómetros del río Almendares.
Lo integran el antiguo Jardín Botánico Nacional, el parque Almendares, el Bosque de La Habana, los jardines de la Tropical y de la Polar, respectivamente, y la Loma del Husilllo, lugares emblemáticos que forman parte de nuestra identidad.
Una característica sui géneris y que lo diferencia de otros similares en Cuba, incluso en el mundo, es la interferencia poblacional en la que intervienen más de 200 mil personas que se asientan en barrios como El Husillo, Pogolotti, La Guayaba, El Fanguito, Cantarrona y Puentes Grandes.
También a lo largo del Parque Metropolitano de La Habana hay más de 200 centros de diferentes tipos, industrias, hospitales, cafeterías y escuelas, ya que el río y sus afluentes, atraviesan algunos lugares de los municipios capitalinos del Cerro, Plaza de la Revolución, Playa y Marianao.
Precisamente por su flora, fauna y los barrios dentro de su territorio lo colocan como un caso atípico respecto a otras instalaciones de iguales funciones en Cuba, en las Américas y en el mundo.
El Parque combina las funciones de esparcimiento, de “pulmón”, por ser el principal emisor de oxígeno hacia varios municipios capitalinos de gran densidad poblacional, y de asiento de personas.
Durante los años de existencia como Parque Metropolitano las acciones han estado dirigidas en dos direcciones: la educación medioambiental con un carácter participativo a través de actividades culturales, concursos y adecuado manejo de residuales sólidos y líquidos para disminuir vertimientos dañinos al río y arroyos.
Otro aspecto decisivo ha sido el cierre de dos fábricas papeleras, y una de gomas, por transformaciones tecnológicas; la mayor parte de industrias de materiales de construcción de antiguas canteras o asociadas a estas, y fábricas de cerveza.
Estas y otras medidas han propiciado que las aguas del río Almendares tengan mejores niveles de oxígeno y que ya se puedan ver clarias, tilapias, zábalos y guajacón de río, para disfrute de quienes practican la pesca deportiva.
Prácticamente toda el área se encuentra reforestada y brigadas de saneamiento se han encargado de eliminar plantas perjudiciales como las malanguetas y el paraná así como la recogida de desechos que personas negligentes tiran al río.
Queda aún mucho por hacer, pero la salud del río Almendares, -que nuestros aborígenes llamaron Casiguaguas-, mejora a la vista.
El río Almendares ha constituido igualmente a través del tiempo fuente de motivación para poetas que le han dedicado varias obras.