EL AULA MAGNA
El Aula Magna de la Universidad de La Habana ha sido escenario de graduaciones, investidura de grados académicos a relevantes personalidades, así como otros actos de carácter político y cultural.
También se han expuesto en este sitio los restos de destacadas figuras que consagraron su vida a la causa de nuestro pueblo.
El 28 de octubre de 1906 se comenzó a construir esta Aula Magna la cual quedó inaugurada oficialmente en el curso académico de 1911.
El Aula Magna de la Universidad habanera, que fue una obra del arquitecto Emilio Heredia, presenta una decoración neoclásica.
Tiene siete paneles alegóricos que representan la medicina, las ciencias, las bellas artes, el pensamiento, las artes liberales, las letras y el derecho.
Estos paneles al igual que la gigantesca pintura que adorna el techo fueron elaborados por el destacado pintor cubano Armando Menocal.
Al año de haberse inaugurado el Aula Magna de la Universidad de La Habana fueron depositados en ella, en un sencillo monumento funerario, donde aún permanecen, los restos del filósofo cubano Félix Varela, uno de los precursores de la nacionalidad cubana.
Un detalle curioso del Aula Magna lo constituye la serie de medallones que rematan la parte superior de las franjas comprendidas entre los lienzos de pared sobre el estrado que hay en el local.
Estos medallones reproducen las efigies de José María Carbonell y Ruiz, Joaquín Fabián de Anille, Felipe Poey, Manuel González del Valle, Antonio Prudencio López y Antonio Maestre Domínguez.
En la parte inferior de la pared que sirve de fondo a la mesa presidencial, en lienzos simétricamente dispuestos a ambos lados del lugar que ocupa el escudo de la República, se extienden cuatro pasajes con inscripciones en letras doradas. En estos pasajes se expresa: “Unos días en la vida de un hombre erudito vale más que muchos años en la de un ignorante; Es muy torpe el error pero sólo los torpes preservarán en el yerro; Frágil y breve es la vida que nos da la naturaleza, la cual puede hacerse inmortal por nuestras obras y No se encuentra la venerable ciencia en cómodo lecho, sino que sólo a través de arduo esfuerzo es que se le denomina.”
Al fondo del Aula Magna, en el ángulo izquierdo, se encuentran dos tarjas. Una de ella dice simplemente: Finlay. Fue colocada en ese sitio como justa reivindicación científica al eminente descubridor del agente trasmisor de la fiebre amarilla, Carlos Juan Finlay, cuya gloria pretendieron los estadounidenses escamotear.
La otra tarja fue situada allí en el mes de octubre de 1973 por la Federación Estudiantil Universitaria para recordar el cincuentenario de la celebración en esta propia Aula Magna del Primer Congreso Nacional de Estudiantes en el que tan destacada participación tuviera Julio Antonio Mella.
El Aula Magna de la Universidad de La Habana está ligada a la historia de Cuba en los últimos decenios.
En este sitio se han realizado aperturas solemnes de cursos, graduaciones, sesiones de apertura ó clausura de congresos estudiantiles, eventos científicos y conferencias magistrales impartidas por personalidades de diferentes lugares del mundo.