La Iglesia del Santo Ángel Custodio, fundada en 1755, se encuentra en una ligera elevación llamada entonces Peña Pobre y posteriormente Loma del Ángel en La Habana Vieja. Esta iglesia está relacionada con dos figuras relevantes de la historia y cultura cubanas: Félix Varela y José Martí. Ambos resultaron bautizados allí, en el caso de Varela el 27 de noviembre de 1788 y Martí el 12 de febrero de 1853. Además esta iglesia se halla interrelacionada con la novela más significativa del autor cubano Cirilo Villaverde en el siglo XIX, en este caso la titulada Cecilia Valdés, ya que la zona donde se halla el santuario fue el escenario principal donde se desenvolvió la trama de la citada novela.
Esta otrora iglesia se encuentra en la Alameda de Paula. Estuvo originalmente adosada al que fuera el segundo hospital con que contó La Habana. El inicio de su construcción se remonta a 1668 pero el huracán de septiembre de 1730 la destruyó, por lo que tres lustros después tuvo que ser reconstruida y entonces se le dotó de una cúpula.
En la etapa final del siglo XX se comenzó a hacerle una restauración integral, enriquecida por una pinacoteca que exhibe la obra de importantes artistas cubanos contemporáneos. Debajo de la cúpula está el escenario de la sala de conciertos que cuenta con capacidad para 150 espectadores.
Esta iglesia fue construida en 1693. Se localiza en Aguíar esquina a Obrapía, en La Habana Vieja. Los miembros de la Congregación de San Felipe estuvieron allí hasta 1784. Entonces la ocuparon los frailes capuchinos. En 1841 este convento, al igual que otras iglesias, resultó incautado. A partir de 1844 funcionó allí la biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País. Luego se le realizó entonces una gran restauración donde crearon una sala de conciertos. Esta otrora iglesia es un lugar de excelencia para el desarrollo de la cultura. Forma parte del triángulo conformado además por la Basílica de San Francisco de Asís, dedicada a la música coral y de cámara y la iglesia de Paula, reservada para la música antigua.
El Mayor General del Ejército Libertador Ignacio Agramonte y Loynaz, nativo de la actual provincia de Camagüey, fue uno de los más relevantes luchadores de la denominada guerra de los diez años iniciada en Cuba en el año 1868. Desde su incorporación a la lucha cuando tan sólo tenía 26 años sobresalió por sus condiciones políticas y militares. Agramonte siguió con posterioridad participando en varias acciones hasta que se produjo su caída en la zona de Jimaguayú, el 11 de mayo de 1873.
Nacido en La Habana el 31 de julio de 1847 Ignacio Cervantes Kawanagh fue uno de los más relevantes músicos cubanos del siglo XIX. Durante su carrera creó varias obras, entre ellas una Fuga y unas variaciones que constituyeron un antecedente de sus futuras danzas cubanas. Se afirma que Ignacio Cervantes logró emancipar la danza de la música de baile y la convirtió en un género independiente al situarla en el campo de la música pura. Por su exitosa trayectoria fue meritorio de varios premios a nivel nacional e internacional.
Fallecido en La Habana el 12 de marzo de 1969, Ignacio Piñeiro Martínez figura en la historia de la música popular cubana por su labor como compositor, contrabajista y director de orquesta. De manera especial sobresalió por haber sido un gran sonero. Su música se hizo popular a nivel internacional, particularmente su creación titulada “Suavecito”, así como también canciones tituladas Esas no son cubanas, Échale Salsita, Cuatro Palomas, Buey Viejo y otras.
Conocido artísticamente como Bola de Nieve, nació en el poblado de Guanabacoa, La Habana, el 11 de septiembre de 1911. Su relación con la música comenzó a materializarse en 1921 en la Escuela y Banda de Música de su localidad natal. Además de pianista y compositor fue un intérprete de indiscutible valor. Se estudiaba con meticulosidad las canciones que incorporaría a su repertorio y le trasmitía su natural carisma, caracterizado por la originalidad y picardía.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, conocida también como la Purísima Concepción, es un dogma de la Iglesia católica decretado en 1854 que sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo, recogiendo de esta manera el sentir de dos mil años de tradición cristiana al respecto. No debe confundirse este dogma con la doctrina del nacimiento virginal de Jesús, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón mientras que María permaneció virgen antes, durante y después del parto. Al desarrollar la doctrina de la Inmaculada Concepción, la Iglesia católica contempla la posición especial de María por ser madre de Cristo, y sostiene que Dios preservó a María desde el momento de su concepción de toda mancha o efecto del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres por ser descendientes de Adán y Eva, en atención a que iba a ser la madre de Jesús, que es también Dios.
Fue creada el 12 de noviembre de 1926 en La Habana. Su fundador y primer presidente fue el etnólogo cubano Fernando Ortiz. El propósito de esta Institución era el de incrementar las relaciones culturales entre Cuba y España. Propició la interrelación de científicos, artistas y estudiantes de ambos países así como organizó conferencias, conciertos, veladas cinematográficas, exposiciones, cursos y otras actividades.