Efemérides habaneras. 24 de junio.
1939. Nace en La Habana Antonio Briones Montoto.
Creció en el seno de una familia de raíces patrióticas. Sus padres fueron activos luchadores de la llamada Generación del 30, que contribuyó al derrocamiento en Cuba de la dictadura de Gerardo Machado.
Así su ideal se fue forjando en el odio a los gobiernos sumisos a los intereses norteamericanos y se arraigó aún más cuando, en 1952, Fulgencio Batista llevó a cabo un golpe de estado que frustró la mínima esperanza de independencia que ofrecían las elecciones convocadas para ese año en el país. Comenzó entonces a llevar adelante no obstante ser muy joven, una intensa actividad revolucionaria. Fue protagonista de las más encarnizadas luchas estudiantiles que se desarrollaron en la capital contra la dictadura batistiana. En múltiples ocasiones resultó apresado, golpeado y hasta torturado por los esbirros de la tiranía. La constante persecución le obligó a salir de Cuba como exiliado para evitar ser asesinado, como le había ocurrido a otros de sus compañeros. Tras haber salido del país se radicó en los Estados Unidos de América y allí se vinculó con el Movimiento 26 de Julio para continuar su actividad revolucionaria a favor de la independencia de su tierra natal.
Después del triunfo de la Revolución en 1959 regresó a su suelo natal y se incorporó a las tareas para la construcción de la nueva sociedad. Formó parte de las Milicias Nacionales Revolucionarias, laboró en el Ministerio de Hacienda y, años después desempeñó funciones de dirección en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, ICAIC, y posteriormente se integró a las filas del Ministerio del Interior.
Fiel a su pensamiento político y actitud revolucionaria, se convirtió en un combatiente internacionalista y se trasladó hacia el territorio venezolano para dar su contribución directa a la lucha contra el régimen que imperaba en ese país en aquellos momentos. Allí fue asesinado el 8 de mayo de 1967.
2001. Fallece en La Habana Eduardo Robreño.
Fue una relevante figura, un hombre que tuvo el don de la palabra para trasmitir anécdotas, vivencias y contar disímiles historias de personajes y hechos de la vida del pueblo cubano a través de los conversatorios que realizó y también en varios libros que escribió. Se ha afirmado que fue la estampa del cubano conversador por excelencia puesto que cautivaba al público y a los lectores por la manera picaresca, llena de sabor criollo, que utilizaba. Incluso no faltó alguien que al escucharlo pudiera pensar que lo que relataba, por ser a veces muy poco conocido, hasta podía ser el fruto de su imaginación, pero lo cierto es que como él las contaba al final la casi totalidad o todos sus interlocutores salían convencidos que se trataba de historias reales o al menos creíbles.
Por su proverbial inteligencia, sencillez, cualidades y forma de interrelacionarse con el público se ganó el reconocimiento del pueblo. Por su labor en sentido general recibió significativos reconocimientos y condecoraciones, entre ellos, la Distinción Por la Cultura Nacional, la Medalla Alejo Carpentier, y la Réplica del Machete de Máximo Gómez.
Su nacimiento ocurrió en La Habana el 23 de septiembre de 1911.