1935.   Nace en La Habana Mario Coyula Cowley.

Fue un destacado arquitecto y urbanista. En su quehacer profesional se desempeñó como director de Arquitectura y Urbanismo de La Habana y del Grupo para el Desarrollo Integral de la capital y primer presidente de la Comisión de Monumentos de La Habana.

Diseñó viviendas y proyectó paisajes urbanos. Sus mayores contribuciones son las de haber pensado la arquitectura y la ciudad en el contexto de las transformaciones revolucionarias. Además  aportó a la formación de nuevos arquitectos y fomentó una conciencia y una práctica de la preservación y rescate de un entorno urbano social y cultural en función de una mejor calidad de vida.

Llegó a ser un destacado profesor. Gozó de prestigio no sólo en Cuba sino también a nivel internacional.  Fue el primer cubano profesor visitante en cursos de posgrado en la Escuela de Diseño de la Uni­versidad de Harvard y en la es­pecialidad Estrategias Urbanas de la Angewandte de Viena. Además for­mó par­te del Grupo Inter­na­cional de In­vestigación sobre Ar­quitectura e In­fraestructura con se­de en París.

Por su meritoria labor se le confirió en el año 2001 en Cuba el Premio Nacional de Arquitectura y en el  2013 el Premio Nacional de  Patrimonio Cultural

Su fallecimiento ocurrió en La Habana el 7 de julio de 2014.

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1936.  Nace en la zona de Puentes Grandes, en La Habana, Miguel Ángel Oramas.

En el Instituto de Segunda Enseñanza de Marianao en el que cursó dos años de estudio fue que conoció a Fernando Chenard Piña quien lo llevó a trabajar a su estudio fotográfico. Juntos se vincularon con los jóvenes que nucleados en torno a Fidel Castro y Abel Santamaría se hallaban gestando un Movimiento Revolucionario con vistas a realizar acciones contra la dictadura batistiana.  Así él empieza a participar en reuniones y en prácticas de tiro, así como realiza gestiones para obtener recursos destinados al Movimiento. En fecha cercana al 26 de julio de 1953 les comunicó a sus familiares que iba con unos amigos a las regatas que se realizarían en la playa de Varadero. En realidad salió hacia Santiago de Cuba. El  26 de julio fue uno de los que participó directamente en el ataque al cuartel Moncada.  Al fallar la toma por sorpresa de la instalación militar  los combatientes revolucionarios tienen que desarrollar el enfrentamiento en condiciones desventajosas.   Las fuerzas de la dictadura eran superiores en número de hombres, en calidad de armamentos y además contaban con la protección de las instalaciones del cuartel. De esta forma se hizo evidente que resultaba imposible prolongar el combate por tiempo indefinido y Fidel dio la orden de retirada. Miguel Ángel Oramas, ese  26 de julio de 1953,  precisamente cayó abatido por las balas de los soldados cuando seguía disparando tratando de garantizar la retirada de sus compañeros.