
Evitar la transmisión de COVID-19 en las instalaciones docentes, es un reto por para sector educacional en el municipio de 10 de octubre, que asumen con rigor y responsabilidad, ante el incremento constante de pacientes positivos al virus.
«Que la familia esté tranquila», explica con su pausada voz de maestra, Yanet Daicé Díaz, directora de educación en el municipio 10 de octubre, cuando se refiere a la asistencia de alumnos a las escuelas primarias y de la primera infancia que en el territorio acogen por éstos días, a hijos de familias con responsabilidades impostergables en la salud, la economía y el desarrollo social.
La exigencia por la higiene y la desinfección de las escuelas y círculos infantiles seleccionados, es una tarea a cumplir con rigurosidad en el municipio, dada la tensa situación epidemiológica, sin abandonar el seguimiento a programas televisivos y juegos didácticos, en función de los niveles de enseñanza.
Aclaró la máxima responsable del sector educacional en el extenso territorio que cuentan con un grupo de trabajo en cada institución, con el objetivo de visualizar las teles clases, a fin de asimilar los nuevos objetivos y contenidos que estarían impartiéndose, si el proceso docente no se hubiera detenido.
El aislamiento en los hogares no impide, al decir de la directora municipal de educación, la atención personalizada a estudiantes y familias que a partir de los diagnósticos lo requieran, en tanto, el personal no vinculado directamente a la docencia, se aplica en la limpieza y desinfección de las instalaciones, así como en el mantenimiento de las áreas exteriores.
En esta etapa, aclara Yanet, resulta además muy acertado el empleo de las nuevas tecnologías y las redes sociales, para facilitar la comunicación y orientación entre los maestros, así como con estudiantes y familiares.
Actualmente los docentes y no docentes en el territorio octubrito, destacan por su apoyo a los servicios a personas vulnerables en los diferentes consejos populares, con acciones de mensajería en el Sistema de Atención a la Familia y la incorporación a los centros de aislamiento, al tiempo que se les ve en unidades que expenden alimentos y artículos de primera necesidad, contribuyendo al orden y la disciplina.

Foto: Tomada de Trabajadores
Más de 42 590 capitalinos se encuentran bajo esa modalidad de prestación, cifra aún por debajo de lo que podría alcanzar La Habana para reducir la concentración de personas en los centros laborales
Desde mediados de enero a la fecha, más de 42 590 capitalinos laboran en el trabajo a distancia, aún por debajo de lo que podría alcanzar la ciudad para reducir la alta concentración de personas en los centros productivos y de servicio y, por ende, favorecer la situación sanitaria ante la COVID-19.
Durante el año anterior, cuando el país arreció la cruzada contra la pandemia, tuvo un marcado impulso la aplicación de esa modalidad de prestación del trabajo, que demostró su efectividad en cuanto a la protección de los empleados en el contexto de la situación epidemiológica. La Habana superó entonces los 100 000 trabajadores.
Seguir instaurando el teletrabajo, el trabajo a domicilio y en el terreno –las tres modalidades del empleo a distancia-, constituye una necesidad en las actuales condiciones que vive la capital y el país en su conjunto, donde se torna más creciente y peligrosa la presencia del virus del SARS–CoV-2.
La directora provincial de Trabajo y Seguridad Social (TSS) en La Habana, Ivett Moya Pupo, llamó a potenciarlo por sus beneficios para todas las partes siempre que se haga bien y con calidad, y con la consiguiente responsabilidad que deben mostrar las administraciones para su chequeo y control permanentes. “El hecho de que un trabajador no permanezca en su centro, no implica desconocer lo que hace”, aseveró.
Con vistas a evaluar la marcha del proceso hay un cuerpo de inspección, y ante un puesto de mando las entidades rinden cuenta sobre cuáles son los trabajadores que pueden cumplir sus encargos, sin hacerlo de forma presencial en los centros.
El trabajo a distancia o remoto como algunos le dicen, lleva rigor para que las actividades sean organizadas con buenas prácticas de gestión y colaboración. A juicio de Moya, hay que valorar casuísticamente quién puede asumir el teletrabajo porque dispone de las herramientas tecnológicas, de información y comunicación; quién logrará hacer su actividad en la casa o puede ser reubicado en el terreno, ya sea en el servicio de mensajería en las farmacias, en la entrega de alimentos a familias que lo requieran, u otras tareas de interés a nivel del Consejo de Defensa del municipio.
¿Cómo se define la vulnerabilidad de las personas para su tratamiento laboral?
-Es oportuno recordar que en fases precedentes la administración determinaba quién era o no vulnerable. Ahora no compete a ellos, sino al médico, encargado de valorar si esa persona, por ejemplo, está descompensada de alguna patología de salud que le impide trabajar.
“Por consiguiente, la vulnerabilidad se reafirma mediante el certificado médico, indicado para justificar el hecho de no trabajar. En este caso el tratamiento salarial es en función de dicho documento, que es al 60 % como está legislado.
“Hay personas que pueden ser vulnerables pero aparentemente están bien, de ahí que solo el facultativo tiene la potestad de decidir”, reiteró Moya.
Con respecto a las madres trabajadoras con una función esencial en sus puestos de labor, y que no tienen con quien garantizar el cuidado de sus hijos, están habilitadas varias escuelas por consejos populares; también los círculos infantiles permanecen abiertos.
Entre las medidas adoptadas por la pandemia se estipula que cuando no exista otra alternativa porque los padres no puedan llevar a los niños al círculo o a la escuela y no tengan con quien dejarlos, el tratamiento salarial es del 100 % del salario durante el primer mes y después del 60 %. Si hay alguna madre que no quiere llevarlo por determinada razón, el tratamiento salarial es el mismo.
Con respecto a las personas imposibilitadas de salir del hogar, bien por situaciones de salud o por no tener con quien dejar a su niño pequeño para acceder a los alimentos o las medicinas, Ivett Moya dijo que lo indicado es acercarse al Consejo de Defensa o a la dirección de Trabajo del municipio, al Delegado, o al presidente del Consejo Popular para hallar una solución.
“No es que haya nadie con un cargo específico para ello, pero sí se han concebido compañeros en función de ayudar”, señaló.
Para aclarar cualquier duda o recibir orientación sobre el tema puede llamarse al 7833-5531 en la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social o escribir al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.b.cu
Desde mediados de enero a la fecha, más de 42 590 capitalinos laboran en el trabajo a distancia, aún por debajo de lo que podría alcanzar la ciudad para reducir la alta concentración de personas en los centros productivos y de servicio y, por ende, favorecer la situación sanitaria ante la COVID-19.
Durante el año anterior, cuando el país arreció la cruzada contra la pandemia, tuvo un marcado impulso la aplicación de esa modalidad de prestación del trabajo, que demostró su efectividad en cuanto a la protección de los empleados en el contexto de la situación epidemiológica. La Habana superó entonces los 100 000 trabajadores.
Seguir instaurando el teletrabajo, el trabajo a domicilio y en el terreno –las tres modalidades del empleo a distancia-, constituye una necesidad en las actuales condiciones que vive la capital y el país en su conjunto, donde se torna más creciente y peligrosa la presencia del virus del SARS–CoV-2.
La directora provincial de Trabajo y Seguridad Social (TSS) en La Habana, Ivett Moya Pupo, llamó a potenciarlo por sus beneficios para todas las partes siempre que se haga bien y con calidad, y con la consiguiente responsabilidad que deben mostrar las administraciones para su chequeo y control permanentes. “El hecho de que un trabajador no permanezca en su centro, no implica desconocer lo que hace”, aseveró.
Con vistas a evaluar la marcha del proceso hay un cuerpo de inspección, y ante un puesto de mando las entidades rinden cuenta sobre cuáles son los trabajadores que pueden cumplir sus encargos, sin hacerlo de forma presencial en los centros.
El trabajo a distancia o remoto como algunos le dicen, lleva rigor para que las actividades sean organizadas con buenas prácticas de gestión y colaboración. A juicio de Moya, hay que valorar casuísticamente quién puede asumir el teletrabajo porque dispone de las herramientas tecnológicas, de información y comunicación; quién logrará hacer su actividad en la casa o puede ser reubicado en el terreno, ya sea en el servicio de mensajería en las farmacias, en la entrega de alimentos a familias que lo requieran, u otras tareas de interés a nivel del Consejo de Defensa del municipio.
¿Cómo se define la vulnerabilidad de las personas para su tratamiento laboral?
-Es oportuno recordar que en fases precedentes la administración determinaba quién era o no vulnerable. Ahora no compete a ellos, sino al médico, encargado de valorar si esa persona, por ejemplo, está descompensada de alguna patología de salud que le impide trabajar.
“Por consiguiente, la vulnerabilidad se reafirma mediante el certificado médico, indicado para justificar el hecho de no trabajar. En este caso el tratamiento salarial es en función de dicho documento, que es al 60 % como está legislado.
“Hay personas que pueden ser vulnerables pero aparentemente están bien, de ahí que solo el facultativo tiene la potestad de decidir”, reiteró Moya.
Con respecto a las madres trabajadoras con una función esencial en sus puestos de labor, y que no tienen con quien garantizar el cuidado de sus hijos, están habilitadas varias escuelas por consejos populares; también los círculos infantiles permanecen abiertos.
Entre las medidas adoptadas por la pandemia se estipula que cuando no exista otra alternativa porque los padres no puedan llevar a los niños al círculo o a la escuela y no tengan con quien dejarlos, el tratamiento salarial es del 100 % del salario durante el primer mes y después del 60 %. Si hay alguna madre que no quiere llevarlo por determinada razón, el tratamiento salarial es el mismo.
Con respecto a las personas imposibilitadas de salir del hogar, bien por situaciones de salud o por no tener con quien dejar a su niño pequeño para acceder a los alimentos o las medicinas, Ivett Moya dijo que lo indicado es acercarse al Consejo de Defensa o a la dirección de Trabajo del municipio, al Delegado, o al presidente del Consejo Popular para hallar una solución.
“No es que haya nadie con un cargo específico para ello, pero sí se han concebido compañeros en función de ayudar”, señaló.